
En lo que se conoce como primera fase del destete es muy común empezar siempre con determinados alimentos sólidos que, por textura, facilidad de digestión y -sobre todo- poca capacidad de producir alergias o intolerancias, tienden a introducirse poco a poco en la alimentación del bebé.
La zanahoria, junto con los guisantes, se convierten de hecho en dos de los alimentos que habitualmente se utilizan durante esta etapa. Destacan por sus cualidades nutritivas, y su sabor dulce completa y totalmente natural, lo que hace que siempre guste al pequeño.
Te explicamos en esta ocasión cómo preparar un maravilloso y sencillo puré de guisantes y zanahoria, muy fácil de elabora, que tendrás listo en apenas 20 minutos.
Ingredientes
- 200 g de zanahorias
- 50 g de guisantes congelados
Preparación
Lava bien las zanahorias, pélalas y córtalas en rodajas. Resérvalas. Pon agua en una cacerola al fuego y, cuando empiece a hervir, cubre en otra cacerola las zanahorias con el agua. Tapa y cuécelas durante 15 minutos. Pasado este tiempo añade los guisantes congelados, y deja cocer de nuevo durante otros 5 minutos más. Para terminar, tritura todos los ingredientes con un poco de líquido de la cocción, hasta que se forme un puré homogéneo. ¡Listo!.
¿Qué beneficios ofrecen las zanahorias y los guisantes al bebé?
Las zanahorias son un delicioso alimento, de sabor dulce y textura realmente suave, lo que ayuda a que al bebé les guste desde prácticamente la primera vez que lo prueban. Aporta cualidades interesantes gracias a que es rica en antioxidantes naturales, así como vitamina A, un nutriente imprescindible para un desarrollo correcto del bebé.
Además, su aporte en carotenos lo convierten en un alimento que aporta una protección básica a la frágil epidermis del pequeño cuando su piel se expone a los rayos solares, actuando como un protector y bronceador natural.
Por otro lado, los guisantes también suelen ser un alimento que gusta mucho a los más pequeños de la casa. Aportan una buena cantidad de fibra, lo que ayuda positivamente contra el estreñimiento del bebé. Y, además, son muy ricos en vitaminas del grupo B, esenciales para el buen funcionamiento del sistema nervioso.
Aportan igualmente otros nutrientes esenciales, como ácido fólico, vitamina C y vitamina K, además de fósforo, hierro, potasio, magnesio y cinc.